Hace más de 2000 años, en la antigua Grecia, un filósofo intentó explicar el comportamiento de los astros. Según él, las estrellas y planetas estaban colocadas sobre unas esferas concéntricas que giraban alrededor de la Tierra movidas por unas poderosas máquinas.
Dicen que otros filósofos argumentaron que si era verdad que unas máquinas movían esas esferas, estas debían de ser enormes y que por tanto, deberían hacer mucho, muchísimo ruido, y como no se escucha, la teoría debía ser falsa.
Entonces dicen que él argumento que como desde que nacemos escuchamos el estruendo de las máquinas, nuestro oído se había acostumbrado a convivir con él y ya no lo percibíamos.
PD: cuando tenía 9 años me rompí el brazo izquierdo. Al salir del hospital, noté que el brazo me pesaba más debido a la escayola. Luego, día a día me fui acostumbrando a llevarlo puesto hasta que llegó un momento en el que dejé de notar su peso... hasta el día que me lo quitaron.
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